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Hilos tensores

¿Qué son los hilos tensores exactamente?

Se han convertido en uno de los tratamientos estéticos más omnipresentes en revistas y de los que más hablan las celebrities, pero ¿tienes claro qué son los hilos tensores y para qué se usan? Pues antes de nada, comenzaremos diciéndote que tan demandados están los hilos tensores faciales como los hilos tensores corporales, ¿quieres saber por qué?

Vayamos por partes: ¿qué son los hilos tensores?

Pues su nombre no deja mucho espacio a la imaginación ya que, efectivamente, se trata de unos hilos muy utilizados en tratamientos estéticos para tensar ciertas partes del cuerpo que han perdido firmeza como consecuencia del paso del tiempo y del envejecimiento natural. 

Dicho de otra forma, los hilos tensores son una ayuda extra para que ciertas partes del cuerpo vuelvan a su posición original y así parezcan más tersas, firmes, jóvenes y rejuvenecidas. 

En el caso de los hilos tensores faciales lo que se busca es combatir la flacidez del rostro y el descolgamiento del óvalo facial, algo que inevitablemente nos ocurre con el paso de los años.

Por otro lado, el uso de los hilos tensores corporales se centra principalmente en glúteos y senos, aunque más en los primeros. El objetivo de estos hilos es conseguir una elevación de las nalgas y combatir así la famosa “caída de culo” que tanto acompleja a muchas mujeres.

Estos hilos tensores, mágicos para muchas personas, constituyen uno de los tratamientos más sencillos de realizar y que mejores resultados aportan a los pacientes que se someten a su implantación. Se colocan debajo de la piel, pero en la cara más externa de los músculos para levantarlos, elevarlos y devolverles la posición que la fuerza de la gravedad les ha ido arrebatando con los años. Por eso, estos hilos tensores vienen a ser una especie de lifting sin cirugía, especialmente cuando se colocan en el rostro.

¿Qué beneficios aportan los hilos tensores frente a otros tratamientos?

Lo primero que debes saber es que recurrir a este tratamiento es algo que debe determinar el equipo médico estético al que acudas, ya que no siempre pueden ser la mejor solución para alcanzar los objetivos estéticos que persigues.

Por ejemplo, los hilos tensores faciales son muy efectivos cuando estamos ante casos de falta de firmeza y envejecimiento más o menos leve, sobre todo en términos de flacidez. En situaciones más extremas, puede ser necesario recurrir a otras intervenciones quirúrgicas como el antes mencionado lifting facial.

Al margen de todo esto, las ventajas que aportan los tratamientos con hilos tensores son:

  1. Son un tratamiento mínimamente invasivo, totalmente indoloro y que no deja cicatrices visibles.
  2. No requiere prácticamente periodo de recuperación ni postoperatorio al no tratarse de una intervención quirúrgica al uso. Lo normal es que entre 2 y 4 días, los pacientes estén realizando una vida plenamente normal.
  3. No requieren anestesias generales. Normalmente se aplica una anestesia local en la zona a tratar, aunque hay pacientes que son mínimamente sedados para pasar la realización del tratamiento más tranquilos.
  4. No existen riesgos de complicación o rechazos como en ocasiones puntuales puede ocurrir con un implante mamario. En este sentido, son un tratamiento totalmente seguro y bastante efectivo teniendo en cuenta que no se trata de una intervención.

 

Si notas que la piel del rostro está envejecida y ha perdido firmeza y tersura, este tratamiento suele ser perfecto, especialmente para pacientes con edades en torno a los 50 años. De hecho, los hilos tensores faciales se han convertido en una de las técnicas más demandadas de la medicina estética antes de que lleguen las fiestas navideñas para lucir así un rostro mucho más firme y rejuvenecido. ¿Te animas a mejorar tu aspecto con hilos tensores?