My Blog

Practicar ejercicio para el SIBO es altamente beneficioso. El sobrecrecimiento bacteriano puede ser muy incómodo, pero con el deporte puedes sentirte mejor.

Una dieta saludable es fundamental, pero mover nuestro cuerpo es otro de los pilares que sustenta la salud y que no puede faltar. La clave está en el equilibrio y para ello debemos dormir bien, estar calmados, comer de manera variada y practicar ejercicio.

 

¿Por qué es bueno el ejercicio para el SIBO?

El sobrecrecimiento bacteriano es un trastorno producido por un exceso de bacterias en el intestino delgado. Esta parte del sistema digestivo es la responsable de absorber los nutrientes que contienen los alimentos que tomamos.

Cuando las bacterias de las que te hablamos crecen en exceso, producen

• gases
• digestiones pesadas
• acidez
• diarrea o estreñimiento
• distensión abdominal

Aunque el SIBO no es una enfermedad, sino una disbiosis, es necesario un tratamiento y un cambio en los hábitos de vida.

 

¿Cómo se trata el SIBO?

El tratamiento del sobrecrecimiento bacteriano se basa principalmente en:

• toma de antibióticos
• cambios en la dieta
• suplementación controlada
• bienestar psicológico

Si tenemos en cuenta el eje intestino-cerebro, es fácil comprender que los pacientes con SIBO pueden presentar también ansiedad y depresión. Lo que comemos afecta a nuestro cerebro, por el eje anteriormente mencionado, y el SIBO tiene efecto en la química cerebral. De hecho, estos dos problemas pueden aumentar los síntomas de la disbiosis y convertirlo en un ciclo sin fin.

Por lo tanto es crucial que controlemos, con ayuda de un/a nutricionista, nuestra dieta. Es importante tomar aquellos alimentos que no nos producen malestar y para dar con ellos es necesaria una dieta especial pautada y controlada por un profesional.

Por supuesto, otro de los aspectos cruciales en el tratamiento del SIBO es la práctica de ejercicio regular, pues el sedentarismo puede propiciar su aparición o aumentar los síntomas.

 

¡Vamos a movernos!

El ejercicio para el SIBO es fundamental, pero también lo es para el resto de funciones de nuestro cuerpo, para calmar nuestra mente, para estar contentos y verlo todo desde una perspectiva más positiva, etc. 

El ejercicio hace efecto por dentro y lo reflejamos por fuera. Es parte imprescindible de la belleza de cada persona.

En el caso concreto del sobrecimiento bacteriano el ejercicio ayuda a:

• Estimular la producción de enzimas: esto mejora la absorción de nutrientes y mejora la digestión.

• Mejorar la motilidad intestinal: es decir, los movimientos que posibilitan el desplazamiento de los nutrientes hacia el ano.

• Ayudar a reducir el estrés: cuando hacemos ejercicio liberamos endorfinas y otros neurotransmisores que nos ayudan a calmarnos y mejorar nuestro estado de ánimo.

• Aumentar la circulación sanguínea: esto se relaciona con el SIBO porque permite que los nutrientes y el oxígeno lleguen a todos los órganos, incluyendo el sistema digestivo, contribuyendo a su buen funcionamiento.

• Reforzar el sistema inmune: y esto a su vez ayuda a mantener un equilibrio bacteriano adecuado en el intestino.

 

¿Y qué deportes puedo practicar?

Cualquier deporte que te guste, le siente bien a tu cuerpo y te anime a ser constante en la práctica es perfecto.

No importa si es de fuerza, si es en equipo o si prefieres algo más completo como el pilates. Incluso si padeces alguna lesión que solo te permite hacer caminatas a buen ritmo, también ayudará a tu disbiosis.

El yoga no es un ejercicio, sino una filosofía, pero la práctica de asanas es tremendamente beneficioso para el sistema digestivo, ya que incluso existen posturas específicas para ello. Es una excelente manera de cuidar nuestra mente y nuestro cuerpo, además de que su filosofía promueve valores como la empatía, la no violencia o no juzgar a los demás ni a nosotros mismos.

Como ves, la práctica de ejercicio para el SIBO es fundamental, pero debe ir acompañada siempre de una buena alimentación y un buen descanso.